domingo, 18 de octubre de 2009
Ausencia
Llorando mi ausencia me levante, deseando volver a vos. A tus olores de azahares, de jazmines, de calles de tierra mojada. Volver a mi infancia, a mi plaza de naranjos y bicicletas, de hamacas y de inocencia. A mi cuadra de mujeres criticonas, y de niños inquietos, de veredas muy chiquitas y de perros vagabundos. A mis días de sueños despierta, de charlas imaginarias en la puerta, de correr sin importar a donde, de un gran sueño de amor correspondido. Volver a mis tías contándome cuentos, a la larga espera de mi mama por las noches, a las interminables luchitas con mi hermana, y después las reconciliaciones. A mi viejo invitándome a creer, a los domingos de sol en el patio, al algarrobo abriendo sus brazos, a tus montañas al alcance de la mano. Volver a los libros con finales felices, a los besos sentidos, al caer sin tener que levantarse solo, a la promesa de un futuro maravilloso. A tu lluvias tan esperadas, a tus vientos soplando con fuego, a tu gente de pies descalzos, y a los que tienen memoria. Volver a vos mi casa, a los recuerdos que no quiero perder, a las alegrías que quisiera revivir, y a las tristezas que no podría olvidar.
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